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Recorrida de voluntarios por la zona
Impenetrable: crudo informe sobre las falencias en la red sanitaria
El Centro Mandela dio a conocer detalles de las entrevistas realizadas por un grupo de voluntarios –entre ellos, estudiantes de medicina de la UBA- en El Impenetrable. Falta de movilidad, comunicaciones y malos tratos en los puestos sanitarios.
El Centro Mandela dio a conocer los pormenores del trabajo que realizaron un grupo de voluntarios en la zona de El Impenetrable. Para reflejar la visita, los mismos realizaron un informe donde marcaron las serias falencias que aún continúan en el noroeste provincial, principalmente en el área sanitaria.
El comunicado señala, textualmente, que un grupo integrado por treinta voluntarios, de los cuales veinticinco fueron estudiantes del último año de la carrera de medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA), con el apoyo de cinco profesionales en psicología, trabajo social y audiovisual, desarrollaron labores de docencia y trabajo de prevención y promoción de la salud en la región sanitaria correspondiente a la localidad de Comandancia Frías y de sus alrededores, en El Impenetrable Chaqueño.
El viaje se extendió desde el 28 de noviembre al 4 de diciembre del año pasado, y surgió en el curso de salud pública sociocultural de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA). El emprendimiento contó con los apoyos de Unicef, de la Fundación Valdocco y de la Dirección de Salud Indígena del Ministerio de Salud de la Nación.
El grupo de voluntarios realizó un pormenorizado y crudo informe sobre el mal funcionamiento de la red sanitaria de El Impenetrable, que fuera entregado a las autoridades sanitarias como aporte para que se encaren futuras correcciones en el sistema. Los voluntarios, a través del trabajo realizado en terreno con las comunidades indígenas y criollas, han identificado varias falencias estructurales en el funcionamiento, en la capacidad y en la articulación del sistema sanitario, en particular en Comandancia Frías y sus alrededores que fue el área específica de monitoreo.
FALLAS
Los agentes sanitarios wichí, recientemente formados por el Ministerio de Salud Pública, según los voluntarios carecen de una preparación adecuada para realizar labores de promoción y prevención de la salud, como así también para brindar primeras atenciones sanitarias, desempeñándose en un contexto en donde existen escasos medios de transportes para la derivación de los enfermos a centros de salud de mayor complejidad.
A ello se suma la inexistencia de herramientas básicas de trabajo que son necesarias para desempeñarse en el área de gestión y, en particular, en la atención primaria de la salud (APS). La baja capacitación obedece, entre otros factores, a la brevedad del proceso de formación que se brindó y en la ausencia de acompañamiento y de educación en terreno a los agentes sanitarios. Destacaron que resulta clara la brecha de conocimientos entre los estudiantes terciario de enfermería y los agentes sanitarios wichí. Los primeros cuentan con acompañamiento, capacitación idónea e infraestructura para el proceso de formación, mientras que los agentes sanitarios carecen de estos factores.
Los parajes rurales de los alrededores de Comandancia Frías no reciben visitas de los equipos de salud desde hace meses. La población no tiene acceso al puesto sanitario de dicha localidad. Tal es el caso del Paraje La Nación, distante a 35 kms. del referido puesto sanitario, que no ha recibido visita médica en un año. En dicho paraje se organizaron atenciones de salud, que fueron brindadas en la precaria infraestructura del Puesto Sanitario B, generándose una alta concurrencia a lo largo de las tres jornadas de trabajo, que incluyó visitas domiciliarias con la enfermera a cargo, así como charlas de promoción de la salud bucal en la escuela del paraje, quedando en evidencia la nula educación de los niños en salud bucal.
Los agentes sanitarios indígenas y enfermeras no cuentan con movilidad; tampoco con referencia profesional para derivar o para efectuar consultas sobre procedimientos clínicos o administrativos. El esquema resta resolutividad al sistema. La falta de radiocomunicación en los puestos sanitarios constituye un punto crítico.
La presencia de un solo médico en el Puesto Sanitario de Comandancia Frías, a cargo de la atención ambulatoria y de hospitalización para toda la población, impide que se realicen rondas sanitarias en los seis parajes que cuentan con puestos sanitarios sin médicos. Esto se corroboró que no se hicieron rondas médicas en los parajes en más de seis meses. El panorama se agrava en las oportunidades en que el único médico viaja a Resistencia por más de dos días y la localidad y parajes quedan sin atención sanitaria porque no se programa ni se dispone ningún reemplazo, aún teniéndose en cuenta que el centro de salud con médico más cercano se encuentra en Fuerte Esperanza, distante a 76 km de Comandancia Frías.
Detectaron que existen problemas de coordinación y de comunicación que afectan las acciones sanitarias en el territorio. Se mostró un alto compromiso de trabajo individual del encargado de salud indígena del Ministerio de Salud de la provincia; no obstante ello, no se correspondió con el desempeño de los equipos de salud de la zona, ni con la coordinación de la región sanitaria. Es gravitante la falta de coordinación, de referencia y de contrarreferencia entre el Puesto Sanitario A de Comandancia Frías y el Centro de Salud de la Fundación Valdocco (CIC), teniéndose en cuenta que existe un solo médico trabajando en la zona.
Llamó la atención de los voluntarios la ausencia de atención odontológica en la zona. En el puesto sanitario de Frías existe un sillón dental en desuso, mientras que el Centro de Salud de Valdocco cuenta con un médico, un odontólogo y una infraestructura subutilizada. También sorprendió la ausencia de educación y entrega de métodos anticonceptivos y preservativos a la población en el puesto sanitario y en el centro de salud, cuestión que fue ratificada por los agentes sanitarios. Respecto del transporte, se comprobó la falta de combustible para la ambulancia.
Durante la segunda visita al Paraje La Nación, la Dirección de Salud Indígena pidió que se realizara un relevamiento de desnutrición infantil, que no se pudo llevar adelante debido a la falta de herramientas necesarias, como tablas de percentilos y cintas métricas. Además de la falta de equipamiento básico para los puestos sanitarios A y B, llamó la atención de los voluntarios que faltaban medicamentos que son garantizados por el Estado mediante el Programa Remediar, como así también para cumplir con los programas de vacunación (PAI) y de control de vectores para prevención de enfermedades como el Mal de Chagas y el Dengue, programas que son ignorados por los agentes sanitarios wichí.
ENFERMEDADES
REPETIDAS
Durante la visita al Paraje La Nación, los voluntarios detectaron dos pacientes adultos con patología respiratoria, que no pudieron ser derivados al Puesto Sanitario por falta de médico. No se pudo realizar tratamiento inmediato por falta de oxígeno. Uno de los pacientes requirió urgente diagnóstico para confirmar tuberculosis. Fue derivado al puesto sanitario, para ser atendido cuando una vez que regresara el único médico de Resistencia.
Los voluntarios encontraron a Raquelina, de 23 años, embarazada, con alta probabilidad de padecer una infección urinaria, sin control alguno de su embarazo de 5 meses, a la que no pudieron diagnosticar ni medicar debido a la falta de recursos que deberían existir en el Puesto Sanitario. En el Paraje la Nación se identificaron tres casos de mujeres de 15 a 30 años con infecciones urinarias, sin tratamiento por falta de antibióticos. Los voluntarios brindaron educación en higiene personal, que al decir de las pacientes no se realiza en el sector.
En la entrevista a una familia wichí, en Comandancia Frías, el padre de familia relató a los voluntarios que no concurre al Puesto Sanitario del pueblo debido a los malos tratos que allí se producen o por la indiferencia que recibe por parte del personal, agregando que se atiende primero a los blancos, luego a los criollos y finalmente a los wichí, y que el médico regularmente no se encuentra en el Puesto. También refirieron que varias veces intentaron consultar, pero debido a que no había nadie que medie entre el personal de salud y ellos, no lograron comunicarse correctamente. Volvían con un diagnostico equivocado.
Se corroboró que era escaso el transporte para las derivaciones y que no se utiliza referencia ni contrarreferencia con transporte sanitario público. Un ejemplo de ello es el encuentro con Roger, un anciano con probable enfermedad infecto contagiosa que los voluntarios debieron derivar al Puesto Sanitario, utilizando la camioneta en la que el viajaba el equipo.
En visita domiciliaria al barrio wichí Media Luna, de Comandancia Frías, los voluntarios entrevistaron a Noelia, de 16 años, quién fue internada en el Hospital de Castelli, con diagnóstico de tuberculosis. Recibió 18 días de tratamiento, para luego ser dada de alta, sin seguimiento alguno por parte de equipo de salud, del agente sanitario o derivación para consulta de seguimiento en el Puesto Sanitario. Los voluntarios recordaron que el tratamiento ambulatorio de tuberculosis es de al menos seis meses, de lo que debe entenderse que la paciente continuaría con tuberculosis abierta por tratamiento incompleto.
Visitando las viviendas de los habitantes de Comandancia Frías y hablando con ellos, los voluntarios notaron la altísima prevalencia de patologías crónicas como la hipertensión arterial y de problemas biliares, como también la ausencia de diagnóstico, tratamiento y seguimiento de los mismos. Se detectaron, además, mucha incidencia de diarreas infantiles relacionada al agua que consumen (agua de charco) y el entorno desfavorable.
Al visitar casas de Comandancia Frías, y charlar con sus habitantes, los voluntarios pudieron observar que la información sobre la transmisión y el contagio de la enfermedad de Chagas es insuficiente. También escucharon relatos de que el control de infestación domiciliaria de las vinchucas no existe. A esto se sumaron los testimonios de agentes sanitarios de Sauzalito y Fortín Belgrano, quiénes señalaron que se les había enseñado que “el Chagas no tiene cura”.